Los videojuegos, acusados de
promover el sedentarismo, permiten ahora, gracias a los avances
tecnológicos, hacer mucho más que pulsar teclas o controlar un joystick.
Usando
el sensor de movimiento Kinect, desarrollado por Microsoft para su
consola de videojuegos Xbox, el fisioterapeuta Keizo Sato trabajó con
dos compañías para diseñar software para ayudar a aumentar la fuerza y
la flexibilidad de los jugadores.
Rehact
- una contracción de las palabras inglesas "rehabilitación" y "activo" -
proporciona ejercicios para personas mayores que viven en zonas rurales
lejos de centros médicos especializados, uno de los retos del
envejecimiento de Japón, según Sato.
Hay
cuatro juegos para elegir, cada uno dirigido a grupos específicos de
músculos, dijo Sato. "Pero este software no sólo ofrece motivación para
que la gente disfrute de los ejercicios, sino que muestra la forma
correcta de hacerlo sin necesidad de un terapeuta presente", dijo.
Las
ideas abundan: una empresa en Osaka (oeste de Japón) desarrolló el año
pasado un juego para la tercera edad y sus investigadores trabaja en
otro en el marco de un programa financiado por el Estado. Y el gigante
Nintendo, fabricante de las franquicias Donkey Kong y Super Mario y de
la consola de juego Wii Fit, anunció a finales de enero que impulsará su
desarrollo en el sector de la salud.
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