América - Marzo 8 de 2014
Las calles de la capital venezolana amanecieron cerradas con un gran dispositivo de la Policía y la Guardia Nacional.
El Gobierno venezolano impidió este sábado una
marcha organizada por mujeres de la plataforma opositora Mesa de la
Unidad Democrática (MUD) que tenía previsto llegar hasta el Ministerio
de Alimentación para protestar por el desabastecimiento de productos
básicos en los supermercados.
Las calles de
Caracas aparecieron cerradas con un gran dispositivo de la Policía y de
la Guardia Nacional, que impidieron que los centenares de manifestantes
armados con ollas y cucharas pudieran marchar por el centro de Caracas
para protestar contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
Además, tres estaciones de metro cercanas a la zona fueron cerradas.
"Todo
este despliegue militar demuestra el culillo (miedo) gigante de Nicolás
y su Gobierno frente a la protesta con contenido, en contra de los
graves problemas que hoy viven los venezolanos", indicó el líder
opositor Henrique Capriles, quien llegó a asistir durante unos minutos a
la concentración para acompañar a los manifestantes.
"Seguro
que este Gobierno tiene hasta a las esposas de los militares con las
ollas vacías. En vez de escuchar a los venezolanos, envían a los
funcionarios y a grupos paramilitares armados, por ellos mismos, a
disolver las manifestaciones", afirmó Capriles según un comunicado que
recoge sus impresiones en el lugar.
"Cómo le
tienen miedo al Pueblo unido contra la escasez! A eso si le tienen
culillo! Le tienen terror a ollas vacías pq son los culpables", había
comentado Capriles previamente en su cuenta en la red social Twitter.
El
alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, había anunciado el viernes,
también en Twitter, que no estaba "permisada ninguna marcha de la
derecha" el sábado en el municipio Libertador, nombre de la
circunscripción administrativa del Distrito Capital.
"Debemos
resguardar la vida y los bienes" de los habitantes del municipio, por
"tanto hemos negado el permiso a una marcha que pueda tornarse
violenta", dijo, agregando que el suyo es "un municipio de paz y libre
de fascismo, y así lo mantendremos".
Al no poder
marchar, los manifestantes con carteles como "No hay, no hay, no hay...
¿hasta cuándo?" o "Si tenemos los mismos problemas por qué hay dos
bandos?" optaron por retirarse pacíficamente del lugar entre una gran
cacerolada de rechazo.
"Esto es otra violación
más de nuestros derechos", indicó Zulay Vega, una corredora inmobiliaria
de 45 años que había acudido a primera hora del día a la concentración.
"El
objetivo era ir al ministerio a presentar nuestras quejas, no se logró
el objetivo, ¿qué vamos a hacer dar vueltas en tres calles y quejarnos a
los periodistas?", dijo retirándose del lugar.
Otro de los manifestantes, Luis Guevara, abogado de 28 años optó por ir hacia la Plaza Altamira a seguir la manifestación.
"Nos
vamos porque ahí nos pueden masacrar, ¿no has visto como tenían las
máscaras puestas?", preguntó refiriéndose al equipamiento antidisturbios
de la Guardia Nacional.
"No tenemos productos,
no tenemos medicinas, no tenemos productos para comer, ni harina, ni
leche, ni café, ni carne (...) los anaqueles están todos vacíos, la
inseguridad campea", indicó Susa Rodríguez, vendedora de café, al
enumerar los motivos por los que asistió a la marcha.
"Estoy
aquí defendiendo mis derechos como joven y como estudiante porque
quiero vivir en un país donde mi futuro sea tener los insumos cada día y
no tener que hacer colas inmensas desde la madrugada para poder
conseguir cosas básicas", defendió la estudiante Emily Chávez como
alguno de sus motivos para participar en la protesta.
El
desabastecimiento es uno de los principales problemas que afronta el
Gobierno venezolano, que admite que 28 de cada 100 productos medidos no
se encuentran ni tienen sustituto.
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