BUCAREST (De un enviado especial).- El escándalo y la
corrupción sacudieron al fútbol de Rumania. Gheorghe "Gica" Popescu,
que a los 46 años iba a asumir hoy la presidencia de la Federación
Rumana de Fútbol, deberá cumplir tres años, un mes y diez días en la
cárcel por extorsión, fraude fiscal y blanqueo de capitales en
operaciones de traspaso de 12 jugadores rumanos al extranjero, entre
1995 y 2005.
Las operaciones ilegales de las que también
participaron otras seis personas, entre dirigentes de clubes y
representantes de jugadores, como Mihai Stoca, actual director general
de Steaua de Bucarest, le causó pérdidas al estado rumano por más de un
millón de euros; cuatro clubes dejaron de percibir 7.000.000 de euros,
mientras que a la Federación no le ingresaron 430.000 euros. La fiscalía
de anticorrupción detectó que el dinero era girado a cuentas bancarias
de las islas Vírgenes y de Holanda, con fines personales. Popescu, como
futbolista, participó en Italia 90, USA 94 y Francia 98; en 1995 fue
contratado por Barcelona, donde llegó a ser capitán
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