Acorralado por la continua caída de la
petrolera, el régimen de Nicolás Maduro no está en condiciones de
cumplir con su promesa de suministrar al sector privado los dólares que
necesita para seguir operando, ante un evidente deterioro de la balanza
de pagos de Venezuela que amenaza con profundizar la crisis económica y
la ya aguda escasez de productos, advierte un análisis de la firma Inter
American Trends.
El escenario fue confirmado por un informe interno del gobierno
bolivariano que ilustra la grave crisis de liquidez por la que atraviesa
el país y que muestra que el sostenido descenso de las reservas
internacionales han dejado al régimen con $600 millones en efectivo.
“La situación que enfrenta el régimen de Maduro es que no tiene en
este momento la liquidez para poder cancelar nada”, dijo desde
Washington Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma de
asesores Inter American Trends.
“Lo de Maduro es una promesa de $3,600 millones que no tiene de dónde sacarlos”, agregó.
El líder del régimen bolivariano —agobiado por una escasez de
productos sin precedentes en la historia moderna del país— se
comprometió esta semana a desembolsar un 30 por ciento de los más de
$12,000 millones que adeuda a los empresarios del país para comenzar a
destrabar la paralización de la cadena de suministro.
Esa deuda acumulada —que muestra como el régimen ya ha entrado en una
situación de incumplimiento de pagos— se deriva principalmente de las
transacciones cambiarias aprobadas individualmente a importadores
venezolanos por operaciones que ya se realizaron.
Para los empresarios, ese 30 por ciento podría incluso ser insuficiente para comenzar a surtir los anaqueles de las del país, muchos de los cuales ya llevan meses vacíos.
Pese a haber mostrado inicialmente satisfacción por la oferta de
Maduro, el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de
Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), Jorge Roig, declaró el
jueves que algunas de las industrias del país estiman que solo pueden
comenzar a trabajar si se les paga el 50 por ciento de la deuda,
mientras que otros sectores requieren que se les desembolse la totalidad
de lo adeudado.
Pero el tema es que el régimen bolivariano podría no estar ni
siquiera en condiciones de pagar el 30 por ciento prometido, ya que las
arcas del Estado se encuentran virtualmente vacías.
Según un informe interno del gobierno bolivariano, al que el Nuevo
Herald tuvo acceso, las reservas internacionales se encuentran en
niveles críticos, cayendo desde un nivel óptimo de $28,000 millones
registrado en el 2010 a $20,603 millones para abril del 2014.
Pero de ese monto, solo unos $600 millones están en reservas
líquidas, con el saldo concentrándose en posiciones en oro, cuya
eventual venta sería muy difícil de concretar —dado a que fueron usados
como garantía para créditos rusos, chinos y brasileños ya obtenidos— y
que por lo demás tomaría mucho tiempo en realizar, resaltó el estudio de
Inter American Trends.
La situación económica deja al régimen de Maduro en un cuadro
financiero muy precario que ha de seguir agravándose ante la evidente
incapacidad de la renta petrolera de seguir manteniendo el modelo
populista del chavismo, dijo De La Cruz.
Según Inter American Trends, el colapso del modelo quedó evidenciado
el año pasado, cuando la renta petrolera fue insuficiente para cubrir
los más de $53,000 millones en importaciones registradas, en un país que
es sumamente dependiente de los productos que provienen del exterior.
Según la firma de asesores, las exportaciones totales de crudo solo
aportaron $38,776 millones el año pasado y las exportaciones de
productos no petroleros solo sumaron $2,100 millones, lo que dejó un
déficit comercial de $12,147 millones.
Esos números distan de las cifras brindadas por el régimen, que colocan las exportaciones totales del país en $88,962 millones.
Pero la contabilidad utilizada por el oficialismo es exagerada,
primero por un cálculo sobredimensionado de la producción de petróleo
del país, estimada en cerca de 500,000 barriles diarios, y segundo por
no excluir de la facturación los términos especiales en el suministro de
crudo que otorga a China, Cuba y Petrocaribe, señaló De La Cruz.
“Lo que realmente entra al país es menos de la mitad del monto oficial”, dijo De La Cruz.
Según los cálculos de Inter American Trends, Venezuela solo obtuvo
$26,182 millones provenientes de las ventas de crudo a Estados Unidos en
el 2013, en una estimación basada en los números de la Administración
de Información de Energía (EIA) en vez de PDVSA, que sobrestima la
producción nacional en más de 467,000 barriles diarios.
Asimismo, el informe desestima las ventas de 100,000 barriles diarios
a Cuba, las cuales no generan un solo centavo para las arcas de
Venezuela, y descuenta las condiciones favorables otorgadas a los países
que reciben crudo a través de Petrocaribe, colocando el monto en $1,568
millones.
Las ventas a China solo generaron $9,935 millones, luego de
descontarles los montos que la nación asiática ya había otorgado años
atrás a través de los acuerdos de ventas a futuro firmados con el
entonces presidente Hugo Chávez.
El resto de las ventas de crudo, a países como Uruguay y Argentina, solo generaron $1,089 millones.
“Esto [$38,776 millones] es todo lo que lograron vender el año pasado”, sostuvo De La Cruz.
El escenario venezolano se complica ante la dificultad de obtener
préstamos internacionales para solventar su precaria situación
financiera.
Venezuela por un lado es el país que registra uno de los más altos
índices de riesgo en el mercado de bonos emergentes, lo que hace que
cualquier emisión de deuda sea realizada bajo términos muy prohibitivos
para un Estado que ya está muy endeudado.
Y por el otro, los países aliados que en el pasado otorgaron
importantes préstamos al Estado venezolano ya se muestran renuentes a
extender las líneas de crédito.
En el caso de China, por ejemplo, la nación asiática ha dado señales
de que solo otorgaría préstamos para financiar proyectos que ambos
países están realizando conjuntamente en Venezuela, siempre y cuando
sean ellos mismos los encargados de administrar los fondos, explicó De
La Cruz.
Fuente: Antonio María Delgado
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