Como nunca antes desde que se restableció la
paritaria nacional docente, el Gobierno resolvió recurrir al dictado de
la conciliación obligatoria para evitar una huelga de los maestros y garantizar el inicio del ciclo lectivo. Sin embargo, el frente gremial, en pleno desacuerdo con la oferta de aumento salarial, desconoció la medida y ratificó para hoy y mañana un paro de actividades en todo el país.
De esta manera quedó en suspenso el comienzo de las clases
en las escuelas que dependen de la Nación. Pero el conflicto por los
salarios se extendió a buena parte del país: en 19 de las 24 provincias
(incluida la Capital) tampoco habrá actividades en las aulas ni hoy ni
mañana.
Si bien la Casa Rosada apostó ayer a destrabar el
conflicto, la negociación con los cinco gremios docentes con
representación nacional duró apenas 20 minutos. A través del jefe de
Gabinete, Jorge Capitanich,
el Gobierno ofreció un aumento escalonado de 31% en 16 meses para el
sueldo inicial, que es actualmente de $ 3416. Además, propuso un plus de
$ 2000 por presentismo.
La oferta fue rechazada por "insuficiente", según coincidieron los
gremios que conforman el frente, todos de extracción kirchnerista. Los
sindicatos exigieron inicialmente subas de 42% (en el caso de Ctera y de
la CTA de Hugo Yasky) y de 61% (los cuatro gremios de la CGT que
conduce Antonio Caló).
El Ministerio de Trabajo notificó anoche a los
sindicatos sobre la conciliación obligatoria, que regirá por 15 días
hábiles. Así, intentará dejar sin efecto el paro de mañana. Pero la
Ctera, que es el gremio mayoritario, anunció que no acatará la medida.
Desafiante, mantendrá las huelgas de hoy y mañana. Las otras cuatro
organizaciones (UDA, Sadop, CEA y AMET), en cambio, podrían aceptar el
llamado del Gobierno y levantarían la medida para mañana.
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