En menos de un año el presidente Nicolás
Maduro ha terminado de arruinar el aparato productivo nacional, un
proceso que a su antecesor Hugo Chávez le llevó imponer durante 14 años
de sistemática y no menos conflictiva destrucción, publica abc.es.
Los venezolanos están al borde de una
debacle económica que no tiene parangón en los últimos cien años, afirma
el líder opositor Henrique Capriles. Hay escasez de comida y medicina
mientras se agotan las reservas monetarias internacionales al tiempo que
continúa sonriendo la bonanza petrolera.
Ni en su peor crisis política cuando la
caída del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958 ni en la revuelta
popular del «caracazo» de 1989, los venezolanos habían vivido tal
escasez de 26 %. Jamás habían hecho largas colas para conseguir leche,
pollo, arroz, café, aceite, carne y harina de maíz. Ahora se importa el
70 % de lo que se consume. Antes de Chávez era el 30 %.
Alimentos podridos
Alimentos podridos
Lo más grave es que gran parte de la
importación de alimentos y medicinas se pierde porque se descomponen al
llegar a los puertos nacionales. Hace dos meses se supo de 600 toneladas
de alimentos que se pudrieron y ayer de 50 toneladas de fármacos
vencidos del Ministerio de Sanidad.
Al llegar al poder en 1999 Chávez dio
luz verde a la invasión de tierras y expropiación, mejor dicho,
confiscación o robo de fincas, como dice la diputada María Corina
Machado. Es el caso de la empresa española Agroisleña, expropiada y
llamada ahora en Agropatria, que no tiene semillas ni tiene recursos
para financiar a los pequeños productores.
Durante su gestión Chávez expropió unas
mil 200 empresas fueron y otras 800 mil tuvieron que cerrar por las
faltas de condiciones para su funcionamiento. Expertos aseguran que
durante este periodo, la producción nacional sufrió una caída
abominable, y coinciden en que el alto índice de escasez y
desabastecimiento que afecta a los venezolanos actualmente es
consecuencia de estas acciones.
Los controles de precios, las
fiscalizaciones, la inseguridad, la devaluación de la moneda y las
fallas para la adquisición de divisas para la importación de materia
prima, también han alentado el cierre dentro del sector industrial en el
país, afirma el economista Raúl López de la gobernación de Miranda.
«Guerra económica»
«Guerra económica»
Al asumir el mando en abril del año
pasado, Maduro comenzó aplicar el «Plan de la Patria» socialista que
había dejado Chávez al morir. Para los analistas esto significa un
retroceso grave del país en todos los ámbitos. Con los poderes
especiales que le confiere la Ley Habilitante decretó la ley que
controla las ganancias de las empresas y la ley que controla los
precios.
La exageración de los controles impulsó
el cierre de empresas, el desabastecimiento y el desempleo, que Maduro
culpa a la supuesta «guerra económica» de los empresarios contra su
gobierno.
«La escasez no comenzó hace dos semanas,
eso tiene tiempo. Si no fuera así ¿Por qué hay escasez en el oeste de
la ciudad, si las industrias no están en el este? En Venezuela vamos
hacia una debacle económica. En el país no hay divisas. Este gobierno
tiene una deuda que se ha ido acumulando con el paso del tiempo y ahora
no la puede pagar, porque este es un gobierno que depende de las
importaciones y que vive únicamente de la renta petrolera», señala
Capriles.
«Si Nicolás no rectifica, a la crisis
económica que está en desarrollo se le sumará a la política. El
racionamiento en la compra de alimentos que el gobierno pretende
implementar en la red Pdval, es una muestra del desabastecimiento y la
escasez que existe en el país. Nuestro pueblo está viviendo las
consecuencias de las malas políticas y por eso hay descontento en los
barrios», añade.
Pero el mandatario no ha dado señales de
dar marcha atrás al plan socialista chavista, que es un modelo que ha
fracasado en otras partes. Y por el contrario ha anunciado que
profundizará el plan iniciado por el difunto. Su suerte está echada.
«Este es un Gobierno moribundo que se está extinguiendo por la crisis económica y política», sentencia Capriles.
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