El gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, aseguró que las
causas de las protestas en Venezuela no son “banales ni ficticias” en
vista del deterioro acelerado de las condiciones sociales y económicas
del país.
Indicó que en primer lugar el gobierno debe reconocer que el descontento en las calles es “real y legítimo”.
“Venezuela está viviendo la peor crisis económica de su historia. La
tasa de inflación anual ha alcanzado el 56% y es bien sabido que
nuestro pueblo más pobre es el más afectado. La escasez de productos
alcanzó en enero de este año su máximo histórico (...) El valor de
nuestra moneda ha sufrido una serie de devaluaciones continuas. Y
además de todo, en 2013 hubo alrededor de 25 mil homicidios, de los
cuales el 93% quedó impune”, escribió Capriles en el diario El Mercurio
de Chile.
Indicó que ante el descontento de los manifestantes, el gobierno “ha
respondido con una brutal represión”, situación que ha generado un
resultado de 22 muertos y miles de heridos. Además, los efectivos de la
Guardia Nacional han estado involucrados en situaciones de tortura en
contra de los detenidos.
Explicó que el gobierno no ha podido ofrecer una respuesta a la
demanda de los manifestantes. “Maduro opta por catalogar a los
manifestantes como fascistas, terroristas y asesinos, para así
desestimar el reclamo de miles de venezolanos sin considerar que no solo
descalifica a una gran parte del país, sino que promueve aún más el
conflicto”.
Calificó como “vergonzoso” el discurso oficialista que desacredita la
protesta y las relaciona con supuestas “conspiraciones del imperio
americano”. “Es vergonzoso cómo el gobierno habla de teorías
conspiradoras e ignora por completo la represión en contra de los
manifestantes perpetrada por los cuerpos de seguridad del Estado y por
grupos de paramilitares armados por el propio gobierno”.
Capriles manifestó la necesidad de un diálogo efectivo, con el firme
compromiso del gobierno de “escuchar y rectificar”. “Para que el
diálogo sea sincero y efectivo, Maduro debe en primer lugar reconocer y
respetar a los venezolanos que no están de acuerdo con sus políticas.
Todos los venezolanos, independientemente de su color político, merecen
un gobierno que los escuche. El gobierno de Maduro debe ser capaz de
admitir el descontento que están manifestando miles de venezolanos”.
Indicó que la solución ante los problemas de la nación pasa por una
renovación de la confianza de los ciudadanos en las instituciones. “La
solución a la profunda crisis económica y social que atraviesa el país
también necesita que trabajemos unidos para dar prosperidad y
tranquilidad a nuestra nación”.
Para Capriles, la Iglesia católica puede ejercer el rol de mediadora
entre las partes en conflicto, para de esa manera fomentar “la
reconciliación de la ciudadanía dividida y en la construcción de una
Venezuela unida”.
“Las últimas dos semanas han sido reveladoras. Nos han demostrado lo
que ocurre cuando la gente decide no estar en silencio ante la ruina
económica y social. Ante la represión política instamos al gobierno a
tomar en serio la posibilidad de un diálogo verdadero, con una oposición
dispuesta a discutir los graves problemas del país y un pueblo que pide
cambio”, dijo Capriles.
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