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Huber Matos, el único de los comandantes históricos de la revolución cubana exiliado, falleció este jueves en un hospital de Miami (EE UU) a los 95 años tras sufrir un “infarto masivo”, confirmó a Efe un nieto del disidente.
Huber Matos, el único de los comandantes históricos de la revolución cubana exiliado, falleció este jueves en un hospital de Miami (EE UU) a los 95 años tras sufrir un “infarto masivo”, confirmó a Efe un nieto del disidente.
Matos, quien combatió contra el general Fulgencio Batista, fue uno de
los líderes más carismáticos de la guerrilla revolucionaria, al lado de
Fidel Castro, hasta que sus divergencias ideológicas con la política de
este precipitaron su detención.
Tras un juicio sumario, fue condenado a una pena de 20 años de cárcel, que cumplió íntegramente.
“Fue un hombre cariñoso, humilde, sincero y amaba a Cuba con toda su
alma”, señaló sereno a Efe Huber Matos, nieto del excomandante que fue
una de las voces más reconocidas del exilio y se encontraba
hospitalizado en el Kendall Regional.
Según comentó Matos, las últimas palabras de su abuelo fueron para su
amada Cuba. “La lucha continúa. viva Cuba libre”, dijo en sus últimos
momentos el excomandante y líder del grupo opositor Cuba Independiente y
Democrática (CID) a disidentes de la isla, precisó.
Nacido en 1918 en Yera, provincia de Oriente, en el seno de una
familia humilde, Huber Matos era doctorado en Pedagogía por la
Universidad de La Habana, en 1944.
Fue maestro rural y, la observación de las extremas condiciones en
que vivía el campesinado impulsó su compromiso político desde muy
pronto.
Tras el golpe de Estado de Batista, en 1952, se unió a la guerrilla
cuatro años después y se convirtió en uno de los líderes más
carismáticos.
Huber Matos había confesado recientemente a Efe que vivía con la
ilusión de regresar a una Cuba libre y que el “daño” que Fidel Castro
había hecho al país iba a “demorar mucho en curarse”.
“Se han perdido los valores morales por completo (en la isla). La gente ha aprendido a robar, a mentir”, dijo entonces.
Matos había mostrado siempre una voluntad férrea de vivir, en buena
parte por “la esperanza de ver el cambio en Cuba y dar consejos para
refundar la República”, que es una “finca grande manejada por los Castro
y un pueblo desesperado por el hambre y la pérdida de valores”.
La familia se encuentra en estos momentos organizando el funeral que
se oficiará en Miami. Sus restos serán velados el próximo domingo y,
probablemente, trasladados a Costa Rica, por voluntad del fallecido.
Fue de Costa Rica, país que lo acogió cuando salió exiliado por
primera vez en 1957, de donde partió hacia Sierra Maestra para unirse a
la guerrilla.
“Quiero hacer mi viaje de regreso a Cuba desde la misma tierra cuyo
pueblo siempre me demostró solidaridad y cariño, quiero descansar en
suelo costarricense hasta que Cuba sea libre y de allí a Yara, a
acompañar a mi madre y a reunirme con mi padre y con los cubanos”, dejó
escrito el excomandante revolucionario.
El pasado martes había sido ingresado en el citado hospital, donde se
le diagnosticó un “ataque masivo al corazón”. Y este miércoles pidió él
mismo que “le retiraran el equipo que le ayudaba a respirar”, señaló la
familia en un comunicado.
Durante todo el día, recibió llamadas desde Cuba de los principales
dirigentes del CID y “activistas en Holguín le cantaron el himno
nacional”.
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